La corbata siempre ha sido uno de los signos de elegancia por excelencia. Un elemento imprescindible en el ropero de cualquier caballero y por supuesto de muchas mujeres también.
Los orígenes de la corbata se remontan a la Antigua Roma, donde los oradores se ponían un pañuelo alrededor del cuello llamado “focale” para cuidar sus cuerdas vocales.
Pero el hecho más importante que marco el nacimiento de la corbata se produce en la segunda mitad del siglo XVII y esta relacionado con la vestimenta del ejército de Croacia en aquella época. Durante la guerra de los 30 años; los oficiales croatas, que respondía Imperio Austro Húngaro, se presentaron ante el rey de Francia Luis XIV para prestarle su apoyo, con un pañuelo de lino o muselina al cuello formando una rosa pequeña y dejando colgar sus extremidades por encima del pecho.
El rey Luis XIV, gran aficionado al buen vestir, quedo cautivado con los pañuelo de los croatas, adoptándolos para su regimiento personal con la insignia real. Los llamó “cravette” y sus oficiales se denominaron Royal Cravette.
En el siglo XVIII el uso de la corbata adquiere un status social . En concreto Napoleon Bonaparte fue un gran seguidor de la misma. Mas tarde con la Revolución Francesa va a representar un símbolo político: el revolucionario se distingue del contrarrevolucionario por el color de la misma; el primero la lleva en negro mientras que la del segundo es blanca.
En ese mismo periodo, la moda también llegó a Inglaterra, donde empezó a extenderse el uso de pañuelos al cuello de grandes dimensiones, incluso ocultando la barbilla. La figura del dandy mas famoso de la época Beau Brummell, fue muy influyente en la difusión de la corbata entre los grupos mas elegantes de la sociedad y a el se le atribuye el uso del almidón para mantener su rigidez.
La corbata cobró tanta fama entre los círculos aristocráticos de la sociedad, que se hacían debates acerca de las diversas formas de anudarla.
Entre los personajes mas destacados que hicieron culto de su uso se encuentran el escritor Oscar Wilde, que encumbró la mítica frase: “anudarse bien la corbata es el primer paso importante que un hombre debe de dar en la vida”.
En el siglo XIX el uso de la corbata cobra más importancia adaptada a los nuevos estilos de vida y costumbres de las crecientes ciudades. En ese momento ya se conocen 22 maneras diferentes de anudarlas.
La segunda década del siglo XX marcará el destino de la corbata moderna con el invento del sastre estadounidense Jesse Langsdorf, que encontró el modo de confeccionarla con el mayor aprovechamiento de tela; trazando un ángulo de 45º en la trayectoria del diseño cortando la seda en 3 partes, que luego se cosían en otro proceso. El éxito fue inmediato. Se confeccionaron corbatas con múltiples colores y estampados que causaron furor. En los años 50 ningún hombre se consideraba bien vestido sino llevaba una corbata.
En las últimas décadas del siglo XX la corbata ha vivido diversas transformaciones de colores y diseños. Se estrechó, para más tarde recuperar su silueta tradicional y después convivir de diferentes formas, tamaños, texturas y colores.
Actualmente es un complemento indispensable del fondo de armario unisex que reafirma todos los días su identidad en el mundo de la elegancia.
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